La cervicalgia es un dolor de cuello que aparece en la parte de atrás, entre la zona superior y de la nuca y la primera vértebra dorsal. Es un problema muy habitual entre la población y el motivo de muchas bajas laborales. Tras los primeros dolores cervicales es bastante común que el paciente sufra recaídas, en especial si no realiza el tratamiento adecuado y no corrige su postura.

¿Cuál es la causa de la cervicalgia?

No siempre es fácil determinar la causa de la cervicalgia. El diagnóstico se realiza a través de diferentes pruebas fisioterápicas, o bien con pruebas de imagen más detalladas para valorar si hay lesiones. Aun así, solo el 18% de los resultados se corresponden con los síntomas del paciente. En cualquier caso, las causas más comunes son las siguientes:

  • Infecciones
  • Artrosis cervical
  • Hernia cervical
  • Tumores
  • Traumatismos
  • Radiculopatía o pinzamiento cervical
  • Mielopatía
  • Latigazo cervical
  • Puntos de gatillo miofasciales

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas de la cervicalgia se pueden experimentar de formas muy diferentes. A menudo se presenta como un dolor en la nuca y las vértebras que puede provocar una contractura en el cuello y la parte superior de la espalda. Este malestar puede limitar los movimientos de paciente, y en un 1% de los casos pude dar lugar a una disfunción neurológica. Otros síntomas frecuentes son:

  • Cansancio y debilidad
  • Dolor de cabeza 
  • Náuseas y/o vómitos
  • Dificultades visuales
  • Mareos y vértigo
  • Pitidos auditivos
  • Vértigo
  • Hormigueo en las extremidades superiores

¿Qué tipos de cervicalgia existen?

Cuando aparece de forma repentina y resulta muy limitante podemos hablar de torticolis o cervicalgia aguda. A veces está acompañado de un acontecimiento que ha provocado la lesión. La cervicalgia se considera crónica cuando no hay una lesión desencadenante y el dolor permanente en el tiempo.

¿Cuál es el tratamiento para la cervicalgia?

El tratamiento para la cervicalgia es fisioterapéutico, y lo ideal es que se lleve a cabo una combinación de masaje cervical y ejercicios específicos para relajar, estirar y fortalecer la zona afectada. Además, se aconseja aplicar calor seco durante 15 minutos varias veces al día. Algunos de los ejercicios para la cervicalgia que se pueden realizar son los siguientes:

Ejercicios cervicalgia

Rotación de cuello

Rotamos el cuello 90º lentamente hasta que la barbilla apunte a uno de los hombros. Nos detenemos un momento y volvemos a la posición inicial y después hacemos lo mismo hacia el lado contrario. Hay que hacerlo suavemente y de manera pausada, atendiendo a las sensaciones de dolor para no forzar el cuello.

Preguntas frecuentes cervicalgia

Rotación de hombros

Con la espalda perfectamente recta, hacemos movimientos circulares con los hombros, primero hacia delante y después hacia atrás.

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Inclinación lateral de cuello

Con el cuerpo erigido y recto, inclinamos el cuello hacia un lado, acercando la oreja al hombro. No hay que forzar el estiramiento. Podemos parar el movimiento al sentir que el músculo se estira. Pausamos unos segundos y hacemos lo mismo hacia el otro hombro.

Preguntas frecuentes cervicalgia

Flexión anterior de cuello

En este ejercicio llevamos la barbilla hacia el pecho lentamente, parando cuando sintamos que el músculo de la nuca está bien estirado sin llegar a sentir dolor. Paramos unos segundos y hacemos el movimiento, esta vez hacia atrás, mirando hacia el techo.

Cuando se sufre cervicalgia el recorrido de estos ejercicios puede ser muy pequeño, pero poco a poco se va recuperando la movilidad. En algunos casos es recomendable realizar algunos ejercicios específicos para ganar tono muscular en el cuello. Lo más indicado, al ser una zona tan delicada, es acudir a un fisioterapeuta profesional que nos guíe y supervise los ejercicios.

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