La rehabilitación de ictus es crucial para trabajar en las secuelas que se hayan presentado. A través de un tratamiento rehabilitador, es posible lograr una recuperación de ictus que permita al paciente afectado regresar, en la medida de lo posible, a su estado previo al ictus y mejorar su calidad de vida.
El ictus o infarto cerebral es una afección neurológica común que puede provocar trastornos en la circulación sanguínea cerebral. Se clasifica en dos tipos de ictus según la causa: isquémico o hemorrágico.
Esta enfermedad es una de las principales causas de discapacidad en adultos y también puede ser mortal, especialmente en mujeres. Las secuelas del ictus afectan a la independencia y calidad de vida de quienes lo padecen.
Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS) ha identificado cinco síntomas de un ictus:
• Pérdida súbita de fuerza en la cara, brazo o pierna, casi siempre en un lado del cuerpo.• Confusión repentina y dificultad para hablar o comprender lo que se dice.• Dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida.• Disminución o pérdida repentina de la visión en uno o en los dos ojos.• Dificultad inesperada y súbita para caminar, pérdida de equilibrio o coordinación y mareos.
Es importante recordar que si se experimenta alguno de estos síntomas, hay que acudir inmediatamente a un servicio de urgencias. Un tratamiento de ictus adecuado y temprano pueden mejorar significativamente la recuperación del paciente.
Para una mejor recuperación de ictus se recomienda realizar un tratamiento de fisioterapia a través de una serie de ejercicios físicos como los que describimos a continuación.
Para este ejercicio debes sentarte en una silla con la espalda recta y los pies apoyados en el suelo.
Levanta la pierna afectada hacia su pecho, doblando la rodilla todo lo posible, sin causar dolor.
Mantén la posición durante unos segundos y luego baje lentamente la pierna hasta apoyar el pie en el suelo. Repite el movimiento con la otra pierna, levantándola hacia su pecho y bajándola lentamente al suelo.
Agarra una botella de agua con ambas manos entrelazadas y haz movimientos circulares, grandes y lentos. Use su brazo no afectado para guiar el movimiento de su brazo afectado. Realiza 10 repeticiones de forma controlada, concentrándose en la calidad del movimiento en lugar de la cantidad.
Este ejercicio es similar a una flexión de bíceps, pero se enfoca en la muñeca. Sostén la botella de agua con su mano afectada y usa la mano no afectada para apoyar y sostener su brazo. Permite que tu muñeca se extienda hacia abajo y luego dóblala hacia arriba. Repite el movimiento 10 veces, de forma lenta y controlada.
Para este ejercicio, coloque un bolígrafo en una mesa y use los dedos afectados para hacerlo girar. Trate de evitar usar el hombro durante el movimiento y si es posible, intente girar rápidamente el bolígrafo unas 15 veces.
La rehabilitación de ictus requiere paciencia, constancia y un programa de ejercicios personalizado a las secuelas de cada persona afectada.
Por qué es importante la fisioterapia en el ictus
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